La ética en la alta dirección

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La ética no es una cuestión menor, por contrario, está presente en cada decisión que toma un directivo. De ahí la importancia que tiene promover la ética en las organizaciones.

No es casual que en los últimos años se haya dedicado una especial atención en los programas MBA Excutive, al comportamiento ético de los directivos.

Cuestiones a tener en cuenta:

  • Tener una precisa comprensión del entorno. Esto implica hacer un monitoreo constante, descifrando las variables del cambio o las que más pueden afectar a la organización.
  • Tener en cuenta las consecuencias de las acciones que se toman, tanto sobre los empleados como el propio directivo que las toma. El factor humano se convierte en el elemento más importante a cuidar de parte de la dirección.
  • Preocuparse por las necesidades de los demás. Las materiales y aquellas que son intangibles, que corresponden a una necesidad, por ejemplo, de reconocimiento del esfuerzo, de ayudar a compatibilizar horarios para que las personas tengan un balance entre la vida laboral y personal, etc.
  • Capacidad para reconocer los errores.
  • Crear un ambiente de trabajo que favorezca el desarrollo personal.
  • Fomentar la sensibilidad y camaradería en la gente.
  • Delegar responsabilidad y autonomía, que es una forma de otorgar confianza a personas y equipos.

La mejor manera en que un líder haga carrera es eliminando las acciones que puedan tentar a otras personas a actuar de manera egoísta. De ahí la importancia de desarrollar una buena política de comunicación interna que promueva la cultura del diálogo creando confianza en equipos y personas.

Objetivos y ética.

De nada sirve rebajar demasiado los objetivos parciales para facilitar su cumplimiento. Es fundamental que los directivos se animen a salir de la zona de confort, resultando esencial entonces que todas las personas hagan cada día lo correcto y lo que les corresponde en su puesto de trabajo. Esto es conducta y comportamiento ético.

De esta manera se puede gestionar de manera adecuada el riesgo frente a la evolución y cambio de la industria en el sector de actividad de la empresa. Se debe estar preparado para los impactos a los que nos obligará enfrentarnos el mercado.

Si se aprende a actuar y se adquieren una serie de hábitos operativos siempre dentro de los lineamientos éticos, facilitará mucho que se logre la eficacia personal y eficiencia de la empresa.

ética en la empresa

Valores y ética.

Definir y/o reactualizar la misión de la organización y sus valores. En cada una de las decisiones que se tomen, se debe pensar en cuánto mejorará la organización en sus resultados futuros y el impacto que ello tendrá en su gente. Para ello debe crearse y difundirse una cultura profesional y ética en la que los valores de la empresa estén alineados con la manera de actuar en la misma.

Para ello, la alta dirección tiene que contar con un “tablero de mando” en el que los controles se revisen periódicamente, en relación a procesos y el impacto en la estructura organizativa.

Otro aspecto igualmente importante es impulsar la ética en todos los procesos de las políticas de RRHH.

Ética y eficiencia operativa.

Está demostrado que la ética en los directivos es fundamental para mejorar la eficiencia general del negocio y la motivación en el equipo.

Son varios los estudios y encuestas a escala global que nos indican que en las organizaciones la falta de valores se ha incrementado últimamente.

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